El Capital Natural es el conjunto de activos consistentes en recursos naturales renovables y no renovables (por ejemplo, aire, agua, suelos, flora, fauna, información genética, paisaje, etc) que se combinan para producir un flujo de beneficios para los ecosistemas, la vida urbana y las personas.
Algunos activos de Capital Natural proporcionan a las personas bienes y servicios, a menudo llamados servicios eco-sistémicos, como son la generación de agua, el control de la erosión, la polinización de cultivos por insectos, lo que a su vez garantiza la viabilidad a largo plazo de otros recursos naturales. Es una extensión de la noción económica de capital (recursos que permiten la producción de más recursos) a bienes y servicios proporcionados por el entorno natural.